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No puedo tener tan mala suerte (como si fuera martes 13)
cuando los brazos no logran arrugar la camisay se queda el mismo rostro esperando pasar el tren...o mientras se busca mirar lejos tras el seto sin cortar...hay que dificil se hace!es "sentir que duele" y los síntomas ya se transforman en estado critico de la existenciamientras el desahogo emocional no basta para que la catarsis funcione como recetay mientras apremian las ansias de encontrar el sendero vacío y las típica imagen de la puerta entreabiertacon un haz de luz...escapando de la rendijay es el llanto desconsolado de aquel mismo niño que alguna vez perdió un juguetea este viejo ser, se le ha perdido la sonrisa..y ese juego era el más preciadocon el que elegía pasar horas y compartirlo con alguienme preguntaron ¿en qué crees?y un témpano arremetió contra mi...fue escalofriante setir el piso fangosopero eso ya había sucedido antes...y esta sensación no iba a durar más, no esta vezCreo en un Dios que existe, que nunca escuché hablar pero llena mis oídos todo el tiempoasí como creo en mi voz....que por raro que suene nunca escuché hablar tampoco(ambas cosas están...aunque nadie las conozca...y ni yo misma sepa que aspecto tienen...hay gente que confía en ello: y tendrán razón)Creo en lo que quiero creer...y hace unas semanas que lo repito una y otra vez como maetsra de jardín...armando una explicación con conceptos básicos: pero que fundamentan la existencia plena.Creo en mi: me falta conocerme (quizas otra similitud con mi querido Dios)en un último espasmo en papel carbónico...calco la imagen de la que quise sermediante un hechizo...quizas le ponga vida a esta suerte
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